Como cuando abres un libro de fantasía, en el que esperas unos escenarios magníficos, fantásticos, con una atmósfera distinta y una gran cantidad de objetos que te hagan imaginar el lugar, y crear nuevas expectativas al lector, Dragon Age II nos ofrece su propio mapa ese lugar fantástico a lo largo de tres pantallas la vista de día de la ciudad de Kirkwall, una vista de esta ciudad por la noche, y una de las Marchas Libres, fuera de la ciudad. Esta combinación de lugares es lo que hace al juego apetecible, puesto que siempre te quedas con ganas de explorar más y más.
Nuestra historia en el juego comienza con la heroína Hawke. Una pequeña familia y unos refugiados escapan de su pueblo de casa de Lothering, que ha sido despedido por Darkspawn. Las instrucciones dedicadas a esta parte de la historia te lleva a un pequeño camino de la montaña donde practicas las capacidades especiales que tienes, por ejemplo andar arrastrando los pies o el silbido Skeletor.
Por lo general se echa en falta contenido visual, objetos e imágenes que ayuden a fantasear mientras se juega. Esto, respecto a Dragon Age I podría haberse mejorado, pero no encontramos ningún escenario con importancia arquitectónica o visual que nos deje impresionados. Por ejemplo, todas las misiones que tiene lugar en Hightown tienen el mismo mapa. Las misiones están diseñadas para que a pesar de que están en el mismo mapa, no se puede interactuar con las diferentes puertas que encontramos o, que cada pelea de pandillas en la ciudad baja se lleva a cabo enel mismo callejón.
Resulta un poco decepcionante que tras una historia tan suculenta de aventuras y tres pantallas explorables, se mantenga de forma monótona la visma visión de las estancias. El problema de los cambios visuales también afecta en algunas ocasiones al carácter de los personajes, que incluso en situaciones comprometidas o de una acción superior, el rostro no muestra cambio, tensión o la actitud del personaje en las diferentes escenas.
En cambio es destacable la escena en la que el mar le envía a Kirkwall una ciudad que históricamente fue un puerto para esclavos destinados a trabajar el resto de sus vidas alejados de cualquier comunicación y posibilidad de escapatoria.

En un momento del juego tenemos la orden de ganar bastante dinero para unirnos a una expedición a los Caminos Profundos. Entonces deberemos salvar a unos niños perdidos, recuperar bienes que los dueños han perdido de forma inexplicable en cuevas cercanas, y deberemos ayudar a la guardia de la ciudad intentando tranquilizar a los mercenarios que causan problemas a lo largo de la Costa de Herido. Además deberemos ayudar al dueño de una mina a exterminar a unos molestos dragones para que sus empleados puedan volver a trabajar de forma segura.

Los personajes principales están muy bien desarrollados y tienen buenas historiaspara ellos. Aquí es donde podemos decir que ha ido gran parte del trabajo de BioWare. Por lo general, tras la primera misión todas las demás serán en las mismas cuevas, misma finca, misma fábrica, mismo alcantarillado. El reciclaje de los mapas es simplemente asombroso.
Desde luego cosas como estas son las que esperamos que cambien en Dragon Age III. El análisis es un tanto crítico, pero es que realmente DAII no ha llegado a sorprender ni a cubrir las expectativas que los jugadores teníamos.
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Autor: Rubenbaqu_000
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